Con sus grandes altitudes, sus ricos suelos volcánicos y su soleado clima tropical, Ruanda es un lugar excelente para cultivar café. En efecto, el mismo fue introducido como producto comercial por los misioneros alemanes en 1904, y sus primeras exportaciones ocurrieron en 1917. Después de la Primera Guerra Mundial, el Mandato de la Sociedad de Naciones despojó a Alemania de su dominio colonial sobre Ruanda y se lo entregó a los belgas. Por eso, históricamente, la mayor parte de los granos de la nación se ha exportado a Bélgica. Sin embargo, en lugar del enfoque más indirecto adoptado por los alemanes, que aplicaban impuestos en efectivo, con la esperanza de que esto motivara a los ruandeses a plantar el café ellos mismos, los belgas implementaron un antiguo sistema económico feudal, conocido como corvée, para cultivarlo.
Los primeros cafetos se plantaron en la misión Mibirizi, en la provincia de Cyangugu, y el lugar da nombre a la primera variedad originaria de Ruanda, una mutación natural del Borbón. Poco a poco, el cultivo se extendió a la región de Kivu y, finalmente, al resto del territorio nacional. En la década de 1930, el café se convirtió en un cultivo obligatorio para muchos productores de todo el país, reflejando el enfoque colonial belga en el vecino Burundi.
De esta manera, los belgas controlaron estrictamente las exportaciones y aplicaron altos impuestos a los productores. Esto empujó a Ruanda a generar grandes volúmenes de café de baja calidad, que se vendía a precios inferiores. No obstante, el hecho de que la nación exportara tan poco le dio a los granos un impacto enorme y un sentido de importancia para los agricultores. Había poca infraestructura para permitir la producción de café de calidad, ni siquiera una sola estación de lavado.
En el decenio de 1990, el cafeto era la exportación más valiosa de Ruanda, pero los acontecimientos de este período diezmarían la industria. En 1994, el genocidio en el país se cobró casi un millón de vidas y tuvo un impacto masivo en el rendimiento cafetalero. Además, esto se vio agravado por la caída de los precios mundiales a un nivel muy bajo.
El Papel del Café en la Recuperación de Ruanda
El café se convertiría en un símbolo de positividad cuando Ruanda se recuperó tras los terribles actos de odio. A medida que la ayuda extranjera y el interés fluían hacia el territorio, hubo un fuerte enfoque en el sector cafetero. Se construyeron estaciones de lavado y decididamente impulsaron la producción de mayor calidad. Así mismo, el gobierno adoptó un enfoque más abierto en el comercio del café y los compradores de especialidades de todo el mundo han mostrado un gran interés en los granos de este origen. Ruanda es la única nación africana que ha acogido un concurso de la Taza de la Excelencia, un proyecto para encontrar los mejores lotes y llevarlos al mercado a través de un sistema de subastas en línea.
La primera estación de lavado se construyó en 2004 con la ayuda de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Le siguieron muchos más y el número ha crecido drásticamente en los últimos años con alrededor de trescientas en funcionamiento en la actualidad. Por su parte, la Asociación para la Mejora de la Agricultura en Ruanda a Través de Vínculos (Partnership for Enhancing Agriculture in Rwanda through Linkages, o PEARL) ayudó a difundir conocimientos y capacitar a jóvenes agrónomos. Desde entonces se ha convertido en el proyecto SPREAD (por sus siglas en inglés), o en el “Sostenimiento de Asociaciones para Mejorar el Desarrollo de Empresas Rurales y Agroindustrias”; ambos programas han centrado sus esfuerzos en la región de Butare.
Ruanda es conocida como la “tierra de las mil colinas” y, ciertamente, tiene la altitud y el clima para producir un excelente café. Sin embargo, existe el problema del agotamiento generalizado del suelo y el transporte sigue siendo un desafío, lo que a menudo agrega grandes gastos a los costos de producción.
A propósito, cuando los precios mundiales del café aumentaron alrededor de 2010, fue muy difícil en la nación (y en la mayor parte del resto del mundo) encontrar incentivos adecuados para mantener alta la calidad. Cuando el mercado paga precios superiores, hay pocas razones para gastar dinero en aumentar la calidad, ya que incluso las variedades con menos atributos son suficientemente rentables. Dicho esto, en tiempos recientes la calidad de los granos ruandeses ha sido excelente. El país cultiva y exporta una pequeña cantidad de Robusta, pero la mayor parte de su producción es Arábica completamente lavada.
El Defecto de la Patata
Se trata de un defecto particular e inusual que se encuentra solo en los cafés de Burundi y Ruanda. Es causada por una bacteria desconocida que ingresa a la piel de la cereza y produce una toxina desagradable. Si bien no es dañino para la salud, cuando los granos afectados se tuestan y muelen, liberan un aroma inconfundible y penetrante que es inquietantemente similar al olor de pelar una papa cruda. Este defecto afecta solo a granos específicos, por lo que encontrarlo en su café no significa que la bolsa entera esté estropeada, a menos que esté todo molido.
La erradicación es complicada. Es indetectable una vez finalizado el procesamiento posterior a la cosecha, por consiguiente, un tostador no puede hacer nada para detectarlo antes de tostarlo. Incluso después del tueste, es difícil descubrirlo hasta que se muele una semilla con el defecto. Posiblemente, lo más recomendable sea inspeccionar un poco durante el procesamiento para identificar las cerezas a las que se les haya roto la piel, pues es probable que estén contaminadas. Se está trabajando tanto sobre el terreno como a nivel de investigación para erradicar este desperfecto en particular.
Variedades Locales
Mibirizi
Mibirizi es el nombre de la misión en Ruanda que recibió algunos árboles de Borbón de Guatemala. Inicialmente se cultivó en esta nación y luego se extendió a Burundi en la década de 1930.
Jackson
Esta es otra variante de Borbón que, de igual forma, se plantó primero en Ruanda y desde entonces se ha difundido hasta Burundi.
Trazabilidad
Si bien Ruanda sigue siendo un país muy pobre, el café está demostrando ser una forma confiable de salir de la pobreza, brindando a muchos la oportunidad de participar en la economía mundial. Efectivamente, gran parte de los ruandeses todavía se dedica a la agricultura de subsistencia, pero la demanda de microlotes de mayor calidad y más rastreables ha hecho posible la transición de vender cerezas de cafetos para sobrevivir, a unirse o formar cooperativas en las que el enfoque en los granos de alta calidad genera más beneficios para los agricultores. En este sentido, los cafés en el país tienden a ser rastreados hasta las estaciones de lavado y los numerosos grupos de caficultores y cooperativas que los suministran. Todo productor tiene en promedio solo 183 árboles, por lo que no es posible encontrar un café rastreable para cada uno de ellos.
Perfil de Sabor
Los increíbles cafés de Ruanda a menudo tienen un sabor afrutado y una frescura que recuerdan a las manzanas rojas o las uvas rojas. De esta manera, los sabores de frutos rojos, así como las cualidades florales son bastante comunes.
Regiones en Cultivo
Número de sacos de 60 kg en 2020: 380.000
El café se cultiva en toda la nación, sin zonas geográficas específicas de restricción. Básicamente, los tostadores pueden usar el nombre de un distrito junto con el de la estación de lavado o del grupo de agricultores.
Región Sur y Occidente
Algunas variedades impresionantes provienen de esta parte del país. Sin embargo, la producción parece centrarse en particular en la región montañosa de Huye, la región de Nyamagabe y la región de Nyamasheke, a orillas del lago Kivu.
Altitud: 1700-2200 m
Cosecha: marzo-junio
Variedades: Borbón, Mibirizi
Región del Este
La altitud en el este de Ruanda no es tan prominente como en otras zonas, pero se están produciendo excelentes cafés en Ngoma y en Nyagatare, ambos territorios ubicados en el extremo noreste del país.
Altitud: 1300-1900 m
Cosecha: marzo-junio
Variedades: Borbón, Mibirizi