El café fue traído por primera vez a Nicaragua por los misioneros católicos en 1790 e inicialmente se cultivó como una especie de curiosidad. No fue hasta alrededor de 1840 que ganó importancia económica en respuesta a una creciente demanda mundial. A partir de acá, las primeras plantaciones comerciales aparecieron alrededor de Managua.
El período de cien años entre 1840 y 1940 a menudo se conoce como el ‘boom cafetero’ en Nicaragua, y durante este tiempo el café tuvo un efecto dramático en la economía. De esta manera, a medida que ganó importancia y valor, requirió el aporte de cada vez más recursos y mano de obra. Para 1870, el café era el principal cultivo de exportación de la nación, por lo que el gobierno se esforzó por facilitar a las empresas extranjeras la inversión en la industria y la adquisición de propiedades. Anteriormente, la tierra pública se vendía a particulares, además, la gobernación alentaba la creación de grandes granjas con las Leyes de Subsidio aprobadas en 1879 y 1889, que pagaban a los agricultores $0.05 por cada árbol plantado.
A finales del siglo XIX, Nicaragua llegó a parecerse a una especie de república bananera, y la mayor parte de las ganancias del café salían del país o iban a parar a un pequeño número de terratenientes locales. Si bien la primera cooperativa de productores se formó a principios del siglo XX, la idea de este tipo de colectivos se promovería solo de vez en cuando durante la dictadura de la familia Somoza entre 1936 y 1979. Sin embargo, el derrocamiento de los Somoza de mano de los sandinistas, así como el acomodo de la llegada del comunismo en 1979 fue el comienzo de una época difícil para la industria cafetalera. Los Contras, grupos rebeldes respaldados por Estados Unidos y la CIA, formados para oponerse al nuevo régimen, atacaron la producción como parte de su campaña; desde los vehículos que transportaban a los trabajadores de las fincas, hasta los molinos de café.
A pesar de estos contratiempos, en 1992 los cafetos seguían siendo el principal producto de exportación de Nicaragua. Luego, la caída de los precios entre 1999 y 2003 volvió a dañar enormemente al sector. Tres de los seis bancos más grandes del país colapsaron debido a su nivel de exposición a la producción de café. Asimismo, el efecto de los bajos costos quizás se multiplicó aún más después de la devastación del huracán Mitch en 1998 y la sequía del cambio de milenio.
Las cosas están mejorando para el café nicaragüense, con más agricultores enfocándose en la calidad. En el pasado, la trazabilidad de los granos era deficiente y la mayoría se vendía como una marca de molino o como perteneciente a una región en particular. Ahora, los niveles de trazabilidad son muy altos.
Café Nicaragüense: Hechos Interesantes
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Todo el café de Nicaragua es Arábica, principalmente de las variedades Caturra y Borbón.
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La mayoría es orgánico, porque la fertilización es demasiado cara para muchos de los caficultores.
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Más de 45,000 familias nicaragüenses poseen y operan pequeñas fincas cafetaleras.
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El 95% del café se “cultiva a la sombra”, utilizando la sombra de árboles nativos y exóticos, lo que ayuda a sustentar el ecosistema y la biodiversidad nativos del país.
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El 95% de los cafeteros en Nicaragua son micro y pequeños productores.
Trazabilidad
Debería poder encontrar granos rastreables hasta haciendas individuales, grupos de productores o cooperativas.
Perfil de Sabor
Generalmente, los cafés nicaragüenses se asocian con una acidez cítrica brillante, un cuerpo suave y sabores florales, cítricos o de chocolate. Sin embargo, en todo el país, los perfiles de sabor comunes varían según la región y su microclima particular.
Regiones de Cultivo
Número de sacos de 60 kg en 2020: 2.650.000
Nicaragua tiene varias regiones de cultivo más pequeñas, incluidas Madriz, Managua, Boaco y Carazo, que no se enumeran a continuación, pero que producen algunas variedades excelentes.
Jinotega
El nombre de la región, y su ciudad capital, se deriva de la palabra náhuatl xinotencatl, pero hay desacuerdo sobre lo que esto realmente significa. El debate se encuentra entre “ciudad de viejos”, o bien “vecinos de los Jiñocuabos”, aunque es probable que este último sea el exacto. La economía de Jinotega ha dependido durante mucho tiempo del café y sigue siendo la principal zona productora de Nicaragua.
Altitud: 1100-1700 m
Cosecha: diciembre-marzo
Variedades: Caturra, Borbón
Matagalpa
Se trata de otra región que lleva el nombre de su capital, una ciudad con un museo dedicado al café. Las variedades de esta región son producidas por una mezcla de fincas y cooperativas.
Altitud: 1000-1400 m
Cosecha: diciembre-febrero
Variedades: Caturra, Borbón
Nueva Segovia
Esta región se encuentra en la frontera norte de Nicaragua y en los últimos años ha comenzado a distinguirse por originar algunos de los mejores cafés del país, con mucho éxito en la competencia de la Taza de la Excelencia nacional.
Altitud: 1100-1650 m
Cosecha: diciembre-marzo
Variedades: Caturra, Borbón