Brasil ha sido el mayor productor de café del mundo durante más de 150 años. Actualmente, está a cargo de alrededor de un tercio de la producción mundial, aunque en el pasado su participación de mercado llegaba al ochenta por ciento. El café se introdujo en la nación desde la Guayana Francesa en 1727, mientras todavía estaba bajo el dominio portugués.
De esta manera, el primer café de Brasil lo plantó Francisco de Melo Palheta en la región de Para en el norte del país. Según el mito, Palheta viajó a la Guayana Francesa en misión diplomática, sedujo a la esposa del gobernador allí y recibió las semillas escondidas en un ramo de ella a su partida. Probablemente, el café que plantó a su regreso a casa se usó solo para el consumo doméstico, y siguió siendo un cultivo sin mucha importancia hasta que comenzó a abrirse camino hacia el sur, pasando de huerto en huerto tanto como de finca en finca.
Comienza La Producción Comercial
La producción comercial cafetalera comenzó alrededor del río Paraíba, relativamente cerca de Río de Janeiro. Esta zona era adecuada para el cultivo, no solo porque la tierra era ideal, sino también porque su proximidad a Río de Janeiro facilitaría la exportación. En contraste con las fincas de café más pequeñas que florecieron en América Central, las primeras fincas comerciales de Brasil fueron grandes plantaciones. De hecho, este enfoque industrializado todavía es poco común en el resto del mundo y bastante exclusivo de la producción brasileña. En este sentido, su posición fue agresiva: el más poderoso, o enérgico, ganaría disputas sobre límites de propiedad mal definidos y una sola persona cuidaría de cuatro a siete mil plantas. Cuando el suelo se agotara debido a la agricultura intensiva, la granja simplemente se trasladaría a tierra fresca.
La producción cafetera experimentó un auge entre 1820 y 1830, superando la demanda de los bebedores de café brasileños y comenzando a alimentar el mercado global más amplio. Como consecuencia, aquellos que controlaban dicha producción se volvieron increíblemente ricos y muy poderosos; tanto así, que incluso se les llamaba “barones del café”. Además, sus necesidades tendrían un impacto significativo en las políticas del gobierno y su apoyo a la industria del café.
En 1830, Brasil producía el treinta por ciento del café del mundo. Luego, esto se elevó al cuarenta por ciento en 1840; sin embargo, el aumento masivo de la oferta resultó en una caída en el precio mundial. Por otra parte, hasta mediados del siglo XIX, la industria cafetera de la nación dependía del trabajo esclavo: más de 1,5 millones de esclavos fueron traídos para trabajar en las plantaciones de café. Cuando los británicos pusieron fin al comercio de esclavos de Brasil con África en 1850, se recurrió a la mano de obra migrante o al tráfico interno de esclavos. A pesar de que existían grandes temores de que la abolición de la esclavitud en el país brasileño en 1888 pusiera en peligro la industria del café, la cosecha continuó con éxito ese año y en adelante.
Un Segundo Auge
Un segundo auge cafetero se desarrolló desde la década de 1880 hasta la de 1930, período que lleva el nombre de los dos productos más importantes de la época. Esencialmente, la enorme influencia de los barones del café de Sao Paulo y de los productores de lácteos de Minas Gerais condujo a un clima político conocido como el período del ‘café com leite’. Esta fase también vio al gobierno brasileño iniciar la práctica de la valorización, una técnica proteccionista diseñada para estabilizar el precio del café. En efecto, el gobierno compraría a los productores a un precio inflado cuando el mercado estuviese bajo y lo mantendría hasta que subiera nuevamente. Esto significó precios estables para los barones del café y evitó el exceso de oferta de los costos más bajos.
En la década de 1920, Brasil producía el ochenta por ciento del café mundial y gracias a este se financiaba una gran cantidad de infraestructura en el país. No obstante, esta producción constante condujo a un excedente masivo de café que solo exacerbaría el daño del colapso que ocurriría durante la Gran Depresión en la década de 1930. Debido a esto, el gobierno brasileño terminó quemando alrededor de 78 millones de sacos de granos almacenados en un esfuerzo por fortalecer los precios, aunque tuvo poco efecto sobre ellos.
Durante la Segunda Guerra Mundial hubo una creciente preocupación en los Estados Unidos de que, con los mercados europeos cerrados, la caída de los costos del café podría llevar a los países de América Central y del Sur hacia la simpatía nazi o comunista. Entonces, es un intento por estabilizarlos, se elaboró un acuerdo internacional basado en un sistema de cuotas. Este convenio elevó el precio de la producción cafetera hasta que se estabilizó a mediados de la década de 1950; de hecho, se considera un precursor del Acuerdo Internacional del Café (ICA, International Coffee Agreement), mucho más amplio y firmado en 1962, que llegaría a abarcar 42 países productores. Con respecto a las mencionadas cuotas, estas se fijaron teniendo como referencia el precio indicador del café, determinado por la Organización Internacional del Café (ICO, International Coffee Organization): si los precios bajaban, las cuotas se reducían, y si los precios subían, se aumentaban las cuotas.
Este acuerdo duró hasta 1989, cuando se rompió después de que Brasil se negara a aceptar una reducción de su cuota ya que creía que era un productor extremadamente eficiente y podía prosperar fuera del tratado. El resultado del colapso del ICA fue un mercado no regulado y con precios que cayeron de forma drástica durante los siguientes cinco años, provocando la crisis que inspiraría el movimiento de Comercio Justo dentro de la producción cafetera.
Años Activos y Desactivados
Dado que Brasil es un proveedor tan dominante de café en el mundo, cualquier situación que afectara su producción tendría un efecto enorme en los precios globales. Uno de esos factores fue el ciclo alterno de la cosecha anual de la nación. A lo largo de los años, quedó claro que los cafetales de Brasil oscilarían anualmente entre una cosecha grande y una pequeña. A propósito, se han realizado algunos trabajos en la última época para tratar de mitigar este efecto, creando menos variación año a año y mayor estabilidad. La razón de esta conmutación es que un cafeto naturalmente tendrá un ciclo alterno de cultivos grandes y pequeños, pero esto se puede controlar mediante una poda ligera. Sin embargo, la poda ligera no ha sido una práctica común en Brasil, y los productores prefieren podar con fuerza para que haya poca cosecha el año siguiente.
En el pasado ha habido incidentes dramáticos como la helada negra de 1975, que redujo la producción en casi un 75%. Aún así, como resultado de la helada, el precio global del café casi se duplicó de inmediato. Los años 2000 y 2001 fueron malos, causando una cosecha masiva en 2002. Además, esto coincidió con otro largo período de bajos precios, provocado por un exceso de café en el mercado mundial.
Producción Moderna de Café
Sin lugar a dudas, Brasil es el país productor de café más avanzado e industrializado del mundo. Pero, con un enfoque en el rendimiento y la producción, no ha conservado una gran reputación por ser origen de cafés de la más alta calidad. La mayoría de las granjas emplean técnicas de recolección relativamente rudimentarias, como la recolección en tiras, donde se despoja toda la rama de sus cerezas de una sola vez. Por su parte, si las plantaciones son grandes y planas (común en las fincas de café más grandes del país), usan máquinas cosechadoras para sacudir las cerezas de las ramas. Ninguno de los métodos tiene en cuenta la madurez y, como resultado, puede haber una cantidad bastante considerable de frutas inmaduras en el café cosechado.
Durante mucho tiempo, Brasil también procesó gran parte de su café secando al sol las cerezas enteras en los patios. La introducción del Proceso Despulpado Natural a principios de la década de 1990 ayudó a mejorar la calidad. En este sentido, los productores de café de especialidad brasileños, que pueden recolectar a mano, lavar su café y cultivar variedades interesantes en altitudes superiores, han luchado contra la reputación del país por producir cafés con baja acidez y mayor cuerpo que se adaptan mejor a las mezclas de espresso.
Aunque la mayoría del café de Brasil crece por debajo de las altitudes más adecuadas para la calidad, todavía es posible encontrar algunos muy interesantes y deliciosos. Igualmente, el país produce unas variedades muy limpias y dulces sin mucha acidez que la gente (con razón) encuentra tanto deliciosos como bastante accesibles.
Producción Robusta
Cabe señalar que Brasil es uno de los principales productores mundiales de Robusta, junto con Arábica. En esta nación al Robusta se le suele llamar “conillon” y se produce en regiones como Rondonia.
Consumo Doméstico
Brasil ha estado tratando activamente de aumentar su consumo interno de café, con un éxito creciente. Si bien dar infusiones a los niños en la escuela desde una edad temprana puede sorprender, esto ha causado que el consumo en el país ahora rivalice con el de Estados Unidos. No se puede importar café crudo a Brasil, lo que significa que un gran porcentaje de los mismos cultivos brasileños se consumen allí; aunque en general, la calidad de la producción para uso interno es menor que la de exportación.
Asimismo, han aparecido cafeterías en las ciudades más importantes, aunque el precio de las bebidas en estos lugares es similar al de los mejores cafés en Estados Unidos y Europa, por lo que se han convertido en otro símbolo de la creciente brecha entre ricos y pobres en Brasil.
Trazabilidad
Generalmente, los cafés brasileños de alta calidad se pueden rastrear hasta una finca específica (fazenda), mientras que los de menor calidad son lotes a granel imposibles de rastrear. En cuanto a las variedades marcadas como “Santos”, estas se enviaron desde el puerto de Santos y el nombre no tiene nada que ver con el lugar donde se cultivó el café. Es probable que Brasil rompa la regla empírica de que la trazabilidad está ligada a la calidad, ya que hay fincas en este país que producen más que toda Bolivia y, si bien el café puede ser rastreable debido al tamaño de la cosecha, no necesariamente será de mayor calidad.
Perfil de Sabor
Los buenos cafés brasileños tienden a ser bajos en acidez, pesados en cuerpo y dulces, a menudo con sabores de chocolate y nueces.
Regiones de Cultivo
Número de sacos de 60 kg en 2020: 63,400,000
Hay muchas variedades de café diferentes que se cultivan en Brasil y gran parte de ellas se desarrollaron en el país o evolucionaron allí, incluidos Mundo Novo, Borbón Amarillo, Caturra y Catuai.
Bahia
Este gran estado ubicado al este de Brasil es una de las zonas cafeteras más septentrionales del país. En los últimos años ha habido cada vez más cafés interesantes de esta región. De tal manera, en la competencia de la Taza de la Excelencia de 2009, cinco de los diez mejores lotes provenían de Bahia.
Chapada Diamantina
Esta hermosa zona de Brasil, conocida por su parque nacional, lleva el nombre de su geología: “Chapada” describe los escarpados acantilados de la región y “Diamantina” los diamantes encontrados allí en el siglo XIX. Se puede señalar que un número notable de fincas en la región están produciendo café de forma biodinámica, un método orgánico desarrollado originalmente por Rudolph Steiner.
Altitud: 1000-1200 m
Cosecha: junio-septiembre
Cerrado de Bahia / Oeste de Bahia
Básicamente, es la región productora de café con mayor tecnología de Brasil. Desde el cultivo hasta la cosecha, la mecanización completa es común. Esto es posible gracias a la maduración uniforme de las cerezas, que a su vez es inducida por el riego. ¿El resultado? La tasa de productividad más alta del país. A finales de la década de 1970 y principios de la de 1980, esta región formaba parte de un proyecto gubernamental para fomentar la agricultura, que proporcionó crédito barato e incentivos a alrededor de seiscientos agricultores que se mudaron aquí. Como consecuencia, en 2006 se estaban cultivando alrededor de 1,5 millones de hectáreas (3,7 millones de acres) de tierra, aunque el café representaba una parte relativamente pequeña de esta. Un clima estable, cálido y soleado se presta a mayores rendimientos, por lo que es un poco más difícil encontrar algo bastante asombroso en esta parte de Brasil.
Altitud: 700-1000 m
Cosecha: mayo-septiembre
Planalto de Bahia
En realidad, esta zona cafetera tiene un enfoque mayor en la producción a pequeña escala, aprovechando las temperaturas más frías y las altitudes más altas para producir cafés de mejor calidad. En cuanto al clima de la región, tiene grandes altitudes y un clima cálido, con veranos secos e inviernos lluviosos. Como resultado se obtienen variedades dulces, generalmente Catuaí, con baja acidez y cuerpo completo.
Altitud: 700-1300 m
Cosecha: mayo-septiembre
Minas Gerais
El estado cafetero más grande de Brasil, Minas Gerais, representa casi el 50% de la producción del país. Así mismo, resulta ser una fuente importante de café de especialidad brasileño. Ubicada al sureste, Minas Gerais tiene algunas de las montañas más altas de la nación, lo que proporciona una buena altitud para el café.
Cerrado de Minas
En términos sencillos, el Cerrado es una sabana tropical, pero, aunque se podría usar este nombre para referirse a toda la sabana que se extiende por muchos estados de Brasil, cuando se trata de café, el nombre generalmente representa a la región del Cerrado en el oeste de Minas Gerais. Esta área es bastante nueva para la producción cafetera y quizás esto explique por qué está dominada por grandes fincas mecanizadas. De hecho, más del noventa por ciento de las granjas de la región tienen más de 10 hectáreas.
Cerrado de Minas pasa a ser la primera zona productora de café de Brasil en ganar el estatus de Denominación de Origen (Cerrado Mineiro), lo que le otorga un nivel similar a las famosas regiones productoras de vino.
Se trata de un área extensa, compuesta por 55 municipios ubicados entre el Alto Paranaiba, Triangulo Mineiro y el Noroeste de Minas Gerais. Cuenta con una altitud de 800-1,300m así como estaciones bien definidas (verano húmedo e invierno suave a seco), lo que la hace ideal para la producción de cafés especiales. De este modo, las variedades de Cerrado de Minas suelen tener una acidez más alta con un cuerpo y dulzor medio; aquí encontrarás Mundo Novo y Catuaí.
Altitud: 850-1250 m
Cosecha: mayo-septiembre
Sul de Minas
Sul de Minas tiene una gran altitud, con un promedio de 950 m, además de una temperatura anual moderada de alrededor de 22 grados C. Históricamente, este es el hogar de una parte considerable de la producción de café de Brasil, con un aproximado del 30%; distribuido sobre todo en pequeñas fincas que van desde 10 a 100 hectáreas. Quizás por eso hay muchas más cooperativas en la región. A pesar de dicha prevalencia de pequeñas haciendas, sigue siendo una zona bien industrializada, con mucha cosecha mecánica.
Recientemente, ciertas áreas dentro de la región han atraído más atención, incluido Carmo de Minas. Este municipio en particular, ubicado en el pueblo de Carmo, tiene un número notable de productores que aprovechan el suelo y el clima para cultivar mejores cafés.
A propósito, las principales variedades son Catuaí, Mundo Novo, Icatu, Obatã y Catuaí Rubi. En cuanto al perfil de sabor, encontrará que el café de aquí tiene mucho cuerpo, notas ligeramente cítricas y aromas afrutados.
Altitud: 700-1350 m
Cosecha: mayo-septiembre
Chapada de Minas
Esta región está más al norte, lejos de las otras áreas cafetaleras agrupadas al sur; y su cultivo de café se afianzó a fines de la década de 1970. En esencia, es una zona de producción relativamente pequeña, con algunos productores aprovechando la tierra plana para mecanizar sus fincas. Aquí se cultivan Catuaí y Mundo Novo.
Altitud: 800-1100 m
Cosecha: mayo-septiembre
Matas de Minas
Esta es una región donde el café se arraigó temprano, resultando en un enriquecimiento gracias al mismo, así como los lácteos, entre 1850 y 1930. Si bien el área se ha diversificado en los últimos años, alrededor del ochenta por ciento de sus ingresos agrícolas todavía proviene del café.
Situada en la Mata Atlántica, Matas de Minas se caracteriza por un clima cálido y húmedo. Así mismo, el 80% de sus fincas productoras tienen menos de 20 hectáreas. El terreno irregular, con laderas empinadas, significa que la cosecha se realiza comúnmente a mano. Aunque hay muchos pequeños agricultores en la región (casi el cincuenta por ciento de las haciendas tienen menos de 10 hectáreas), no existe la reputación establecida de calidad que cabría esperar. Sin embargo, esto está cambiando para mejor y ahora hay muchas fincas que producen un excelente café.
Es conocido por su creciente producción de variedades de especialidad, que son típicamente dulces con notas cítricas, caramelo o chocolate. Por lo general, en esta región se cosechan Catuaí y Mundo Novo.
Altitud: 550-1200 m
Cosecha: mayo-septiembre
São Paulo
El estado de São Paulo contiene una de las zonas cafetaleras más conocidas de Brasil: Mogiana. En realidad, la región recibió su nombre de la Mogiana Empresa de Ferrocarril, que construyó el “ferrocarril del café” en 1883, lo que condujo a un mejor transporte y una gran expansión de la producción cafetalera.
Altitud: 800-1200 m
Cosecha: mayo-septiembre
Mato Grosso y Mato Grosso do Sul
Esta área es el origen de solo una pequeña cantidad de la cosecha anual de Brasil. Sencillamente, sus grandes y planas tierras altas se adaptan mejor a la gran cantidad de ganado que se cría aquí y a la extensa producción de soja.
Altitud: media de 600 m
Cosecha: mayo-septiembre
Espíritu Santo
Si bien es relativamente pequeña en comparación con otras regiones cafetaleras de Brasil, la segunda parte más grande de la cosecha anual se produce en Espirito Santo y la ciudad capital, Vittoria, es un puerto clave para la exportación. Sin embargo, casi el ochenta por ciento del café que origina es conillon (Robusta). De cualquiera manera, en el sur de la región, los agricultores tienden a la producción de Arábica y puede haber algunas variedades más interesantes allí.
Altitud: 900-1200 m
Cosecha: mayo-septiembre
Paraná
Algunos argumentan que este estado es la zona cafetalera más austral del mundo y es un área agrícola importante para Brasil. A pesar de tener solo el 2,5% de la tierra del país, está a cargo de casi el 25% de su producción agraria. El café fue una vez la cosecha más importante aquí, pero después del daño causado por las heladas en 1975, muchos productores se diversificaron. Aunque la región una vez originó hasta 22 millones de sacos de cafetos, ahora produce cerca de 2 millones. Los primeros colonos aquí se asentaron cerca de la costa, sin embargo, el café fue la razón por la que muchos se mudaron tierra adentro. En tal sentido, la falta de altitud impide que se cultiven variedades de muy alta calidad, pero las temperaturas más frías ayudan a ralentizar la maduración de la fruta.
Altitud: hasta 950 m
Cosecha: mayo-septiembre