Bolivia es el quinto país más grande en superficie en América del Sur y tiene una topografía enormemente diversa, con microclimas, altitudes y estaciones tanto húmedas como secas que son ideales para el cultivo de café. A pesar de esto, está relativamente despoblado, con solo 11,5 millones de habitantes. La mayor parte del café que se cultiva en Bolivia es Arábica, compuesto sobre todo de variedades tradicionales como Típica y Caturra cultivado orgánicamente. Aunque tiene una larga historia de producción de café, se sabe poco sobre su introducción en la nación boliviana, o sobre la comercialización del mismo más allá de alrededor de 1880. Todavía hay granjas comerciales y haciendas en Bolivia, pero muchas de las grandes haciendas han sido expropiadas como parte de reformas agrarias gubernamentales, así como redistribuidas a familias agrícolas rurales. En este sentido, desde que se promulgó esta legislación en 1991, el 80% de la producción de café del país es ahora originado por pequeños agricultores, que suelen tener entre 1,2 y 8 hectáreas de tierra, en promedio. El cambio hacia el café de especialidad comenzó en la década de 1990, acelerándose a partir del año 2000 gracias a la inversión extranjera en infraestructura y capacitación, cuyo punto culminante fue la introducción del programa Taza de la Excelencia en 2004. Hoy en día, las cooperativas y asociaciones de agricultores como La Federación de Cafeteros y Exportadores de Bolivia trabaja con los comerciantes de cafés especiales para abrir el acceso a los mercados extranjeros, atraer inversiones y mejorar continuamente sus métodos de cultivo.
El café boliviano es espectacular, único y menos conocido que sus vecinos. Esto se debe a la altitud de los Andes que le da a los granos un conjunto excepcional de sabores, mientras que el clima tropical perfectamente adaptado permite que el café prospere. Estas condiciones óptimas, junto con un buen manejo de la finca y un tiempo de cosecha compensado, han sido rasgos determinantes para que Bolivia se destaque en el mercado internacional durante los últimos años. Sin embargo, la nación tiene muchos factores limitantes para la producción, ya que la totalidad de su rendimiento es menor que la de una de las fincas cafetaleras más grandes de Brasil. En las zonas agrícolas rurales, donde los recursos y la infraestructura son más escasos, la pobreza de los agricultores, que son vulnerables a los choques cíclicos de precios en el mercado del café, es quizás el mayor obstáculo para el crecimiento y desarrollo de la industria cafetera en Bolivia. Si bien en los últimos 30 años la producción de café se ha reducido, y las fincas han estado desapareciendo a un ritmo alarmante, esto está comenzando a cambiar. Principalmente, gracias al trabajo de agricultores como Félix Chambi de Colonia de los Yungas,o Pedro Rodríguez de Agricafe, quien tiene un programa de capacitación llamado Sol de la Mañana, enfocado en brindar a productores dedicados la formación y las habilidades que necesitan para mejorar la calidad y cantidad de su café.
Bolivia tiene tres zonas geográficas: la sierra andina en el suroeste, de norte a sur; las laderas y valles húmedos del lado oriental de los Andes, llamados Yungas y Valles; y las llanuras de las tierras bajas tropicales del este, u Oriente. Yungas, que atraviesa las laderas orientales de los Andes, es la región cafetera más grande y antigua del país, representa el 90% de su producción anual y posee uno de los cafés cultivados a mayor altitud en el mundo, hasta 2400 msnm en algunas partes. Históricamente, la falta de acceso a la información y los centros de procesamiento, junto con los cambios climáticos relacionados con la altitud y la mala infraestructura, han significado que los cafés bolivianos se desvanecen rápidamente después de la exportación, además demostraren la mesa de cata otras discrepancias causadas por el procesamiento. El clima en esta área es muy húmedo y los Andes orientales son propensos a fuertes lluvias, lo que hace que el secado del café sea problemático, similar a algunas áreas del vecino Perú. De esta manera, muchos productores usan despulpadoras manuales rudimentarias antes del secado, aunque después del despulpado el café a menudo se coloca sobre una lona en el suelo o en techos planos, lo que significa que está abierto a los elementos, siendo propenso a la absorción de humedad y a tiempos de secado lentos, que a su vez puede conducir a la sobre fermentación. La altitud que es tan influyente para el cultivo en Yungas también ha causado algunos problemas con el transporte de café despulpado de fincas de pequeños agricultores a molinos centralizados en La Paz. Debido a que está expuesto a fluctuaciones extremas de temperatura en cúspides más altas e incluso nevadas en elevaciones superiores a 2000 msnm, el café puede congelarse y luego descongelarse durante el tránsito, mientras atraviesa la traicionera Carretera Yungas (también conocida como el “Camino de la Muerte”), en su trayecto al este de la capital. El almacenamiento de cafés a gran altura antes de la exportación se cita frecuentemente como otro factor que contribuye a la pérdida de calidad.
La economía de la nación depende de los minerales y el gas natural, así como de la agricultura, aunque el café nunca ha ocupado un lugar destacado. En cambio, la producción de coca está muy extendida y sigue siendo un gran atractivo para los agricultores que luchan por financiar sus cafetales. Los intentos del gobierno boliviano y las agencias de ayuda estadounidenses para alentar a los plantadores a cultivar café en lugar de coca, han resultado en la construcción de estaciones de molienda más estratégicamente ubicadas, que contribuyen al control de calidad pos-cosecha en algunas áreas rurales, al mismo tiempo que fomentan el número de pequeños agricultores que regresan a la siembra de otros productos alimentarios. A propósito, estos incentivos para los trabajadores dependen en gran medida del precio mundial del café, lo que quiere decir que son más efectivos cuando los costos se disparan, en lugar de períodos de inestabilidad y fluctuación. Incluso los cafeteros que quieren producir café de alta calidad a veces se encuentran volviendo al cultivo de coca cuando bajan los precios globales de los cafetos. Pero cada vez más productores bolivianos están procesando su café después de la cosecha en sus propias fincas, lo que les ayuda a obtener más ganancias. Por supuesto, queda por ver si la producción de café continúa cayendo en Bolivia, como lo ha hecho recientemente; aún así, el lado positivo es que se está haciendo más que en años anteriores para alentar a los agricultores a cultivar café.
Además de los posibles sobreprecios y la asistencia continua de la asociación nacional de café ACEB, otro factor que contribuye al mayor enfoque en la producción de variedades especiales en Bolivia es la competencia Taza de la Excelencia, que ha servido para exhibir los mejores cafés del país. En 2009, Bolivia incluso tuvo su primer ganador de la competencia: Mauricio Ramiro Diez de Medina, cuya finca Takesi Estate en Sud Yungas se beneficia del suelo volcánico de la región, las grandes altitudes y un suministro de agua abundante y no contaminada del río Takesi, que se origina en el deshielo de la Cordillera Real de los Andes. Evidentemente, granjas como la anterior son ejemplos brillantes del potencial de esta nación para excelentes cafés especiales. La promoción a través de la Taza de la Excelencia, junto con la educación y las prácticas sobre la mejora tanto del rendimiento como de la calidad para los pequeños agricultores, son vitales para el cultivo continuo de café en Bolivia; así mismo, es la clave para asegurar mejores precios para los plantadores. Sin embargo, a pesar de los cambios para ayudar a reforzar la calidad, las variedades bolivianas todavía carecen de la reputación de los de países vecinos como Colombia o Brasil.
Trazabilidad
Los cafés en Bolivia generalmente se pueden rastrear hasta una sola granja o cooperativa. Debido a las reformas agrarias, la propiedad de la tierra a gran escala se ha reducido desde 1991, por lo que las 23.000 familias que producen café lo hacen en pequeñas fincas; estas abarcan típicamente de 1,2 a 8 hectáreas. La exportación de los cultivos bolivianos es manejada por un reducido número, alrededor de una treintena, de empresas exportadoras privadas.
Perfil de Sabor
Bolivia tiene todos los ingredientes naturales adecuados como altitud, suelo fértil y temporadas de lluvias constantes para producir un café de gran sabor. En tal sentido, los mejores cafés de este país tienden a ser muy dulces y muy limpios, pero rara vez tienen un sabor particularmente afrutado. Algunas variedades especiales, como Geisha y Java, prosperan en el suelo y el clima bolivianos de una manera que no lo hacen en otros lugares.
Regiones de Cultivo
Número de sacos de 60 kg en 2020: 74.000
Las regiones cafetaleras en Bolivia nunca se han definido con precisión y, como tal, diferentes tostadores utilizarán diversas convenciones de nomenclatura para describir de qué parte del país proviene el café.
Sin dudas, Bolivia es ideal para los cultivos de café, pero su topografía significa que la exportación y la producción son difíciles: la antigua ruta de La Paz a Coroico es conocida como la carretera más peligrosa del mundo.
Yungas
Aproximadamente el 95 por ciento de las variedades bolivianas se produce en esta región, y en el pasado tuvo una reputación de calidad en Europa, aunque esta ha disminuido en tiempos recientes. Puede definirse como la zona de bosque que se extiende por el lado este de los Andes y, de hecho, cruza desde Perú a través de Bolivia hasta Argentina. Asimismo, esta región es el origen de algunos de los cafés a mayor altitud del mundo y es aquí también donde se ha cultivado durante más tiempo en Bolivia.
Yungas está al oeste de La Paz, por lo que muchos compradores de café tienen que viajar a lo largo de la famosa Carretera Yungas, apodada “Camino de la Muerte”, para llegar a los productores cafeteros de allí. A menudo, el camino es de un solo carril, sinuoso y excavado en las laderas de las montañas sin ninguna barrera para evitar que los vehículos caigan hasta 600 m en los valles de abajo.
Como la región es tan grande, muchos tostadores describen los cafés como provenientes de un área más específica dentro de la misma, como Caranavi, Inquisivi o Coroico.
Altitud: 800-2300 m
Cosecha: julio-noviembre
Santa Cruz
Se trata del departamento más oriental de Bolivia y, por lo general, carece de altitud para variedades de buena calidad. Hay algo de producción en la provincia de Ichilo, aunque el café es mucho menos importante como cultivo en comparación con el arroz o la madera. Sin embargo, esta región es muy importante para la economía del país porque la mayor parte del gas natural se encuentra aquí.
Altitud: 410m
Cosecha: julio-noviembre
Beni
Este es un departamento grande y poco poblado en el noreste del país. Técnicamente, parte de Beni se encuentra dentro de la región geográfica de Yungas, pero una pequeña cantidad de café se cultiva en el área fuera del territorio de Yungas. En realidad, se trata más de una zona de ganadería, aunque se siembran muchos productos, desde arroz y cacao hasta frutas tropicales.
Altitud: 155m
Cosecha: julio-noviembre